Genómica canina: descubriendo los secretos de los perros y sus compañeros humanos

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Durante dos décadas, los científicos han estado mapeando sistemáticamente el código genético de los perros, comenzando con Tasha, el primer boxeador de pura raza cuyo genoma fue secuenciado en 2003. Este hito abrió la puerta a una nueva era en la genética canina, permitiendo a los investigadores estudiar cómo los perros evolucionaron junto con los humanos y qué puede decirnos su ADN sobre nuestra historia compartida.

El auge de la genómica canina

La secuenciación inicial del genoma de Tasha fue sólo el primer paso. Desde entonces, se han analizado miles de genomas caninos, que representan diversas razas, ubicaciones geográficas y períodos históricos. La investigación actual se basa en vastos conjuntos de datos que combinan información genética con estudios de comportamiento presentados por dueños de mascotas y registros de reproducción detallados que rastrean el linaje a lo largo de generaciones. Como dice Lachie Scarsbrook, paleogenómica de la Universidad de Oxford, los investigadores ahora saben “quién engendró a quién” con una claridad sin precedentes.

Lo que estamos aprendiendo

Esta gran cantidad de datos está permitiendo a los científicos plantear preguntas complejas sobre el vínculo entre humanos y perros. Por ejemplo:

  • Orígenes de la raza: El análisis genético confirma que las razas de perros modernas son creaciones relativamente recientes, a menudo desarrolladas en los últimos siglos.
  • Rasgos de comportamiento: Los científicos están identificando marcadores genéticos asociados con comportamientos específicos, como instintos de pastoreo, tendencias de guardia o incluso sociabilidad.
  • Predicción de enfermedades: Al mapear las predisposiciones genéticas, los investigadores pueden ayudar a los criadores y propietarios a mitigar los riesgos para la salud de los perros.

Por qué esto es importante

El estudio de los genomas caninos no se trata sólo de perros. Dado que los perros estuvieron entre los primeros animales domesticados por los humanos, su evolución genética ofrece una ventana a nuestra propia historia. Comprender cómo los perros se adaptaron a vivir con los humanos arroja luz sobre las presiones evolutivas que dieron forma a nuestra relación. Además, como señala Elaine Ostrander del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, los primeros avances en genómica canina allanaron el camino para métodos de investigación más sofisticados que ahora se utilizan también en genética humana.

La exploración en curso del ADN canino promete no sólo una visión más profunda de la biología canina sino también una comprensión más amplia de la compleja interacción entre las especies y las fuerzas que impulsan la evolución.