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Un antiguo medicamento para la presión arterial se muestra prometedor contra el mortal cáncer de cerebro

Se ha descubierto que un medicamento de décadas de antigüedad, la hidralazina, utilizado para tratar la presión arterial alta, inhibe una enzima clave relacionada con el glioblastoma agresivo, una de las formas más letales de cáncer cerebral. El descubrimiento, dirigido por investigadores de la Universidad de Pensilvania, arroja luz sobre cómo funciona el fármaco y abre las puertas a nuevas terapias contra el cáncer.

El mecanismo inesperado

Durante años, el mecanismo de la hidralazina no ha estado claro. Ahora, los científicos saben que bloquea la 2-aminoetanotiol dioxigenasa (ADO), una enzima que los tumores secuestran para propagarse de manera más efectiva. ADO actúa como una “campana de alarma”: cuando los niveles de oxígeno bajan, desencadena una reacción que contrae los vasos sanguíneos al destruir las proteínas RGS. Los tumores de glioblastoma prosperan gracias a este proceso, produciendo una sustancia química llamada hipotaurina que les ayuda a sobrevivir y resistir el tratamiento.

Esto es importante porque no se conocían inhibidores de ADO anteriormente. La capacidad de la hidralazina para silenciar el ADO en pruebas de laboratorio detuvo el crecimiento del glioblastoma, lo que sugiere una nueva forma potencial de controlar la propagación del cáncer.

Por qué esto es importante: del embarazo a los tumores cerebrales

La eficacia de la hidralazina en el tratamiento de la preeclampsia (una peligrosa enfermedad de hipertensión arterial en mujeres embarazadas responsable del 5-15% de las muertes maternas en todo el mundo) ahora se comprende a nivel molecular. El fármaco reduce la presión arterial al prevenir la destrucción de las proteínas RGS y mantener abiertos los vasos sanguíneos.

Este efecto de doble acción (tratar tanto la presión arterial alta como potencialmente el cáncer cerebral) podría conducir a medicamentos mejor diseñados y con menos efectos secundarios. Los hallazgos también explican por qué la hidralazina funciona bien para la preeclampsia, permitiendo opciones de tratamiento más seguras y personalizadas.

Próximos pasos e implicaciones futuras

Si bien son prometedores, estos hallazgos son preliminares. Se necesitan ensayos clínicos para probar los efectos de la hidralazina en pacientes con glioblastoma. Sin embargo, el descubrimiento proporciona una ventaja para desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer basados ​​en este mecanismo.

“Es raro que un antiguo fármaco cardiovascular termine enseñándonos algo nuevo sobre el cerebro”, dice la química Megan Matthews, “pero eso es exactamente lo que esperamos encontrar más: vínculos inusuales que podrían significar nuevas soluciones”.

En última instancia, comprender la acción de la hidralazina podría desbloquear una manera de atacar las defensas del glioblastoma y al mismo tiempo minimizar el daño a las células sanas, ofreciendo esperanza para una enfermedad con opciones de tratamiento limitadas.

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